viernes, 20 de abril de 2012

Exceso de orden.

No conozco el secreto de la felicidad. Sinceramente, no creo que lo haya. Ni siquiera mi definición de esa codiciada sensación es la misma que la que abunda. Pero conozco otras cosas, otros mundos. He estado en la frontera, he abandonado mi cordura. He vivido en el borde que separa a los ingenuos y los que oyen voces, incluso he llegado a huir de un extremo a otro en segundos. Soy un loco para cuerdos y un cuerdo para locos, y para mí mismo... no soy más que materia programada.

Llevo a mis hombros la rutina. Puede conmigo. Puede con todo lo que depende de mí pues yo dependo de ella. Llevo a mis hombros la rutina. Quizá la pierda y me pierda. Quizá la pierda y me salve. Quizá me caiga con ella y me hunda, o quizá acaben por hartarme esas palabras que inundan y rodean mi juicio.

Llevo a mis hombros la rutina, a veces lo olvido, a veces pierdo.

3 comentarios:

  1. Disculpe, Sir. No... no encuentro la opción de... de "mucho más que placer".

    ~Anónimo.

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